La segunda cumbre del Grupo de los 20 (G-20), que durante dos días ha reunido en la ciudad canadiense de Montreal a los países más industrializados y a los de mercados emergentes, terminó ayer con una declaración de apoyo al proceso de mundialización económica, pero sin hacer ninguna alusión a la debilidad del euro. No obstante, reconoce el papel de los Gobiernos nacionales en la mejora de las políticas para promover la estabilidad financiera y económica. En la foto, los presidentes de los bancos centrales, con Alan Greenspan (EE UU) en primer término y Win Duisenberg (BCE) en último.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de octubre de 2000