La paralización de las operaciones de venta de aviones militares y submarinos de fabricación española a Chile a raíz del caso Pinochet es ya agua pasada, según subrayó ayer en Madrid el subsecretario de Defensa chileno Nelson Hadad. Su visita pretende, dijo, reforzar esa cooperación "siguiendo el ejemplo español con los F-18, y con el objetivo de modernizar las Fuerzas Armadas" chilenas. Nelson Hadad, que es también director de ENAER (Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile), se entrevistó con el secretario de Estado de Defensa, Fernando Díaz Moreno, y con directivos de CASA (Construcciones Aeronáuticas) para proponerles una mayor participación de ENAER en la construcción del nuevo avión de transporte de CASA, el C-295. El Gobierno de Chile, a través del subsecretario Hadad, ha transmitido al español su propuesta de servir de "puerta de entrada" a los aviones de CASA a la región, como miembro activo del Mercosur, así como ampliar sus propios pedidos de material de Defensa a España. Ponen una condición: alcanzar alguna forma de joint venture entre ENAER y CASA para que la compra de aviones militares españoles revierta, de alguna forma, en trasvases de tecnología y empleo inducido para Chile. Hadad reconoció que aún no se ha hablado de cifras ni con CASA ni con el Gobierno español, pero subrayó su confianza en que esa propuesta de colaboración llegue a buen puerto por las "magníficas relaciones económicas y diplomáticas" entre ambos países.
Las tensiones surgidas por el caso Pinochet han quedado susperadas, dijo, toda vez que "Chile está maduro para asumir un pasado que dividió a los chilenos y está volcado en hacer un esfuerzo para buscar una solución a los detenidos desaparecidos en la dictadura".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de octubre de 2000