Como era de esperar, el presidente estadounidense, Bill Clinton, condenó ayer el atentado de Jerusalén y pidió a "los que creen en la paz" que se mantengan unidos. Estados Unidos no descarta poder convocar en Washington a las partes en conflicto para tratar de reanudar las negociaciones.En la ONU, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Shlomo Ben Ami, que se reunió con el secretario general, Kofi Annan, acusó a los palestinos de no cumplir con su parte del trato.
Clinton compareció en los jardines de la Casa Blanca, pocas horas después del atentado, para pedir el fin de la violencia "que tanto dolor ha causado en ambos lados". El presidente estadounidense no ha tirado la toalla y espera poder entrevistarse por separado, en una fecha todavía por fijar, con el primer ministro israelí, Ehud Barak, y el líder palestino Yasir Arafat.
En Nueva York, el ministro de Asuntos Exteriores israelí no quiso descartar la vía negociadora. "El próximo paso, después de Sharm el Sheij, es discutir con los palestinos sobre la forma de reanudar el diálogo, pero antes debemos reducir el nivel de violencia".
Ben Ami se entrevistó el miércoles en Washington con el consejero de Clinton en temas de seguridad, Sandy Berger, y con la secretaria de Estado, Madeleine Albright, que hoy tiene previsto recibir al negociador palestino, Saeb Erekat.
Ben Ami responsabilizó a Arafat del atentado de Jerusalén. "La Autoridad Palestina ha soltado a muchos militares de Hamás y de la Yihad Islámica, lo que es dar luz verde a los actos terroristas", dijo poco después de su entrevista con Annan, a quien ha pedido que medie con Hezbolá para conseguir la liberación de los tres soldados israelíes secuestrados por esta organización islámica en la frontera de Líbano hace casi un mes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de noviembre de 2000