Lamento que el breve artículo del profesor Rodríguez Navarro (Investigación y endogamia, edición 1 del de noviembre de 2000) ocupe un lugar secundario en su periódico. A mi juicio, se trata del comentario más sensato y más ajustado a la situación del profesorado universitario que ha publicado EL PAÍS en los últimos meses.A diferencia de otros artículos que merecieron lugar de honor en este mismo periódico y que abundaron en generalizaciones acientíficas y en tópicos de tertulia, Rodríguez Navarro señala con acierto que la tan denostada "endogamia" del profesorado no es siempre nociva. Y que, en todo caso, es más un efecto de las condiciones difíciles del oficio universitario en este país que la causa de las mismas.
Ojalá lo entiendan de este modo quienes tienen -en los gobiernos y en las mismas universidades- la responsabilidad de promover la calidad de nuestro sistema universitario. Si no atacan las causas del problema -insuficiencia de medios al servicio de los investigadores, precariedad excesiva en las etapas iniciales de la carrera, retribuciones fijas y
poco competitivas, falta de incentivos dos para los mejores, limitada autoridad de los responsables de la gestión universitaria, etcétera-, muy poco o nada se resolverá con una mera reforma legal de los procedimientos de reclutamiento del profesorado.- Josep M. Vallés. Universitat Autónoma de Barcelona. Bellaterra, Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de noviembre de 2000