Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

Tranvía impuesto

La imposición, sin debate técnico, urbanístico y social, del tranvía en Bilbao es una muestra más de la tiranía administrativa ejercida por el Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Bilbao, que se han conjurado para implantar un sistema de transportes que no está justificado bajo ningún concepto de demanda de desplazamiento ni economía, y que no son capaces de explicar razonadamente a la ciudadanía.Por ambas partes ha sido un ejemplo de pésima gestión, ocultando información a la sociedad y presentándolo (más bien enmascarándolo) como un proyecto progresista, ecologista, cuando en realidad es un glosario de irregularidades y anomalías como: absurdo despilfarro, tecnología superada, carencia de informe favorable de tráfico, ilegalidades, improvisaciones y cambios de trazado en el transcurso de las obras, agresiones al patrimonio monumental, barrera urbanística, conflictos con otros modos de transporte, empeoramiento global de la circulación, desastroso concepto de diseño urbano, calamitosa ejecución de las obras, incordio social, y potencial y preocupante peligro de accidentes, tanto con vehículos como de atropello de personas.

Todo ello motivado por un trayecto forzadísimo, con violentos radios de curvatura, que se plantea como un itinerario de exhibición por aquellos tramos en que es más visible, a modo de carruaje publicitario, como un derroche de una ciudad que quiere demostrar es capaz de tener de todo aunque no lo necesite. Es sólo un proyecto de imagen política.

El silencio de los grupos políticos municipales, excepto EH, demuestra una vez más que ante los problemas de envergadura no tienen ningún criterio solvente. La ciudad no les interesa.- Iñaki Uriarte. Bilbao.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de noviembre de 2000