Dicen que hemos entrado en la era de Acuario. La humanidad camina hacia una evolución menos materialista y más espiritual, en donde los valores sean la tolerancia, la paz, en suma, el amor. pero lo cierto es que sigue la violencia en los diferentes países del planeta, unos por radicalismo religioso, otros por nacionalismos absurdos (a costa de las vidas que sean) y la mayoría por fines económicos.La violencia es moneda de cambio para imponer ideas individualistas y retrógradas.
Nosotras las mujeres, también estamos pagando el precio de ese cambio que no acaba de llegar.
Tenemos un salario menor por el mismo trabajo, el cual podemos perder si "osamos" quedarnos embarazadas.
Desarrollamos el 80% de trabajos no remunerados y en muchos casos no valorados.
Un índice de pobreza mayor al de los hombres en todos los países, incluidos los más desarrollados, que impide a muchas mujeres denunciar la situación angustiosa en la que viven.
Siguen cayendo víctimas del machista ante el vacío impotente del Código Penal.
Ninguna mujer, y digo ninguna, debe creer que eso no va con ella. Todas y cada una de las humillaciones y palizas nos las están dando a todas, con reiteración y abuso de la fuerza bruta de un ser lleno de complejos que no es capaz de ser persona.
Quien falta al respeto a una mujer se falta a sí mismo, e insulta con su actitud no sólo a las mujeres, sino también a los hombres, a los que rebaja y pone en evidencia.
Todas y todos debemos luchar contra esta lacra vergonzante. Las asociaciones, las Administraciones, y sobre todo, la educación debe ser el vehículo que nos lleve a erradicar valores obsoletos que perjudican nuestro avance evolutivo.- María Ángeles Durán Prado. Dos Hermanas (Sevilla)
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de noviembre de 2000