La dimisión del obispo auxiliar de Valencia Rafael Sanus -en la imagen- ha desvelado a la opinión pública un secreto a voces: el malestar en el seno de la Iglesia valenciana y las discrepancias con el arzobispo Agustín García-Gasco. La decisión de Sanus ha abierto las ventanas para que el clero empiece a expresar su descontento con las maneras "arbitraria y autoritaria de García-Gasco". De tal modo que entre algunos sacerdotes se comenta con ironía que el arzobispo ha logrado un gran hito: unir a la iglesia valenciana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de noviembre de 2000