Cientos de camiones y tractores se encaminaron ayer a marcha lenta hacia la capital del Reino Unido, Londres, para presionar al Gobierno de Tony Blair para que reduzca los impuestos sobre los carburantes. La policía británica multiplicó los controles y las identificaciones para impedir el caos circulatorio. Otra manifestación similar se encaminó hacia Edimburgo (Escocia).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de noviembre de 2000