Con particular crudeza, el presidente Fernando de la Rúa ha señalado que el desempleo, la fragmentación social, la pobreza y la crisis política interna que hasta no hace mucho se empeñaba en negar, sumadas a una situación externa desfavorable en lo comercial y financiero, "es una combinación que puede llevar a nuestra economía a una verdadera catástrofe" si no se actúa bien y rápido. (...)La gravedad de la hora actual quedó de manifiesto cuando el presidente comparó las urgencias presentes con situaciones pasadas en que la democracia fue desafiada por grupos recalcitrantes o en que la hiperinflación parecía querer devorarse la economía nacional. (...)
Los anuncios económicos encierran, sin embargo, una señal negativa, vinculada con el déficit fiscal. En momentos en que los operadores económicos se preguntaban cómo haría la Argentina para cumplir con la ley de solvencia fiscal, que persigue el equilibrio de las cuentas públicas en el año 2003, el Gobierno anticipó que se impulsará una modificación de esa norma para ampliar las metas de déficit para los próximos años. (...)
Hay numerosas áreas de la Administración pública donde es posible recortar gastos improductivos, sin recurrir a rebajas salariales de quienes efectivamente trabajan. Hay mucho por hacer aún en materia de políticas sociales, especialmente si se tiene en cuenta que la mayor parte de ese gasto se pierde en sueldos y en movimientos de los encargados de administrar tales recursos.
Buenos Aires, 14 de noviembre
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de noviembre de 2000