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El PP avisa a CiU que sólo la 'salvará' si vota sus propuestas

Balón de oxígeno

El Gobierno de Jordi Pujol recibió ayer otra tarjeta amarilla de sus socios parlamentarios del Partido Popular. El miércoles, los conservadores advirtieron al presidente catalán que ni se le ocurra trasladar la línea soberanista aprobada en el congreso de CDC a la acción de Gobierno. Ayer, en el pleno por el escándalo de los fondos de formación ocupacional, la diputada Alicia Sánchez Camacho puso tres ineludibles condiciones al consejero de Trabajo, Lluís Franco -y por ende al Ejecutivo-, para salvarle de la quema política que tanto ambiciona la oposición. "Queremos que el Gobierno reconozca que se han cometido irregularidades", advirtió, "confiamos en los instrumentos de control, pero la confianza se puede desvanecer o agotar. Necesitamos respuestas proporcionadas y espero que el Ejecutivo mañana [por hoy] esté a la altura".Alicia Sánchez reclamó primero al Gobierno que reconozca su culpa y que "constate y lamente" las irregularidades cometidas en la adjudicación de los fondos de formación ocupacional. Segundo, que alguien de la Administración asuma responsabilidades políticas por este caso o que, al menos, Franco explique los motivos del cese del subdirector general de Recursos y Planificación de su departamento, una respuesta que el consejero eludió en el debate pese a los reiterados requerimientos de los diputados. Y tercero, la parlamentaria popular pidió la creación de un grupo de trabajo en el que todos los partidos de la Cámara puedan fiscalizar la "planificación, programación y reparto" de estas ayudas a parados. Estas tres demandas tendrían que transformarse hoy en resoluciones.

Alicia Sánchez Camacho elevó el tono contra el consejero en el turno de réplica, después de que Franco esquivara cada una de sus interpelaciones. En la primera intervención, la parlamentaria adoptó una actitud prudente, exculpó a Franco de las irregularidades y loó su disposición a esclarecer el caso. "Esto es una herencia que le ha llegado al consejero, pero son propias del cargo. Creemos que lo está administrando de forma adecuada, pero le pedimos mayor eficacia y diligencia", afirmó.El tono exculpatorio de Sánchez Camacho provocó constantes murmullos en las filas de la oposición, consciente de que una vez más el PP mandaba al Ejecutivo otro balón de oxígeno y que, por tanto, hoy no se sumará a la reprobación del Gobierno de Jordi Pujol. Además, la parlamentaria evitó en la mayor parte de su discurso pronunciarse sobre el caso Pallerols y centró su alocución en las deficiencias del modelo de formación ocupacional.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de noviembre de 2000