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CARTAS AL DIRECTOR

Valencia

Valencia da la impresión de estar en un quirófano donde se le abren las tripas constantemente y resulta sofocante vérselas fuera. Ciertamente cae en la improvisación tener que abrir y abrir... zanjas y más zanjas por todas partes. Cuando no hace, a lo mejor, ni dos meses que otras anteriores han sido rellenadas.Cuando no es por el cableado de una empresa, lo es por otra o por la instalación del gas u otros servicios y así, las calles, hechas un desastre, pues, una vez cerrada la zanja, la acera se convierte en una laguna artificial. Y si antes todo eran obstáculos que salvar, vallas, máquinas zanjadoras, etcétera, después son ríos que vadear, por lo que el pobre peatón cae en una peligrosa odisea, aún sin afán de aventuras ni peligros inciertos y con final indeterminado. Ya es hora de que se planteen soluciones, de una vez por todas y ello por parte de la Administración municipal, siendo una de ellas y como de mayor garantía, la construcción de galerías subterráneas con capacidad suficiente para poder instalar todos los servicios que necesita la ciudad, que sean de fácil acceso para los operarios y su propia movilidad.

Las galerías deberían ubicarse bajo las aceras y para ello es necesaio que sean de una anchura adecuada para tal fin. Ya es hora de que se acabe con este "destripamiento" de las arterias viales que simulan un frente de guerra con trincheras y barricadas o un gran hormiguero abierto constantemente. ¿Será realidad algún día? Debemos mirar por una ciudad del futuro y no quedarnos anquilosados con técnicas arcaicas.- Juan V. Cabo Vicente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de noviembre de 2000