Juan José Millás nació en Valencia en 1946, pero tuvo que trasladarse a los seis años a Madrid, en un tiempo en que la ciudad era el destino de "aluvión" de gentes procedentes de todas partes. A consecuencia de ello, el escritor afirmó ayer, en el ciclo de autores valencianos que se desarrolla en la Biblioteca Valenciana, que no se siente de "ningún sitio", aunque no deja de reconocer el "desgarro" que le produjo salir de lo que percibía como un "paraíso". Es "una herida que no se cura", agregó.
Y los escritores escriben para tapar y curar heridas, explicó Millás, al tiempo que señalaba con humor que, al menos en su caso, había detectado por dónde sangraba su herida. El traslado a una ciudad diferente, desconocida y sin mar, y la pérdida de la situación familiar holgada de Valencia influyó sobre su "difícil infancia" y su "adolescencia atormentada", indicó el autor de El orden alfabético. Pero, en realidad, dijo no sentirse ni valenciano ni madrileño, aunque sí comentó su extrañeza al descubrirse más "valenciano" que nunca cuando visitaba la ciudad italiana de Nápoles. Millas habló de su literatura y de su vida, entrevistado por los escritores Miguel Catalá y Rafael Coloma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de noviembre de 2000