La Delegación del Gobierno desplegó ayer en la frontera del Tarajal, en Ceuta, dos decenas de efectivos de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS) de la Guardia Civil después de los enfrentamientos protagonizados por unos 800 marroquíes que intentaban entrar por la fuerza en la ciudad autónoma y que provocaron heridas de diversa consideración a tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía, a los que arrojaron latas, piedras y herramientas del albañilería. Los incidentes tienen su origen en la huelga de celo protagonizada por los policías que custodian este paso fronterizo, el único autorizado entre Ceuta y Marruecos. La protesta de los agentes se fundamenta en la escasez de medios humanos y materiales en un lugar por el que transitan a diario unas 30.000 personas, en su mayoría marroquíes de Tetuán.
Desde que comenzó la huelga, los agentes son sumamente escrupulosos con la documentación, lo que provoca importantes retenciones. De hecho, en la mañana de ayer había unas 3.000 personas esperando cruzar a Ceuta, lo que originó un estado de tensión y nervios tanto en el colectivo policial como en los marroquíes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de noviembre de 2000