La sequía y los recientes tifones han agravado la deficiente situación agrícola en Corea del Norte, un país sin infraestructuras y con enormes problemas económicos, que se enfrenta consiguientemente al séptimo año consecutivo de escasez de alimentos, según la ONU. La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Alimentario Mundial (PAM) difundieron ayer las conclusiones de la misión conjunta de ambas agencias de la ONU que se desplazó al país asiático durante la semana del 14 al 21 de octubre pasado, para comprobar la situación sobre el terreno.
Las cosechas de maíz y arroz, alimentos básicos, en Corea del Norte han sufrido una fuerte caída en el año 2000. Para hacer frente al hambre, Corea del Norte necesitará importar 1.865.000 toneladas de cereales en la temporada 2000-2001. En estos momentos, el país depende de la ayuda internacional para alimentar a sus 22 millones de habitantes.
El grave problema para la depauperada economía norcoreana, que se enfrenta al colapso total, es que las condiciones climatológicas son adversas para la agricultura. A esto hay que añadir la escasez de energía eléctrica y combustible, lo que ha impedido implantar sistemas de regadío en las zonas agrícolas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de noviembre de 2000