Harry Fischer se ha convertido en la primera víctima extranjera de la Intifada. Este médico alemán de 58 años, casado con una palestina y padre de tres hijos, encontró la muerte el miércoles por la noche cuando fue alcanzado por un obús israelí en una calle del pueblo en el que vivía desde hace más de 25 años, Beit Yala, donde se encontraba tratando de ayudar a vecinos heridos por el bombardeo.El cuerpo de este doctor, fisioterapeuta del hospital Hadasa, de Jerusalén, quedó descuartizado, y sus restos, diseminados en un radio de más de 30 metros. Ayer por la mañana, mientras toda la población acompañaba al doctor al cementerio de este pueblo árabe cristiano, aún se podían ver pegados en los muros de unas casas cercanas centenares de restos minúsculos de lo que presumiblemente habían sido sus miembros. El Ejército israelí se ha comprometido a investigar el disparo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de noviembre de 2000