Soy un estudiante de último curso de matemáticas en la Universidad Complutense y escribo estas líneas para reivindicar el valor tan importante que tienen las matemáticas en muchos aspectos y el injusto reconocimiento que reciben en general. Me quejo, sobre todo, del oscuro papel al que se les ha arrinconado en los planes de estudio de la nueva enseñanza secundaria, reduciendo el número de horas lectivas de la materia a costa de incrementar horas de las llamadas marías. Me quejo de que se haya creado en torno a las matemáticas un halo de inaccesibilidad para la gente común, como si estuvieran sólo al alcance de una minoría que encima lleva la fama de "bichos raros". Pido que se valore más el gran poder educativo de las matemáticas, su enorme importancia en la formación intelectual, su aplicación a tantas otras ciencias empíricas y que se reconozca el lugar que se merecen en la sociedad.- Daniel Viana Tejedor. Guadalajara.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de noviembre de 2000