Holman Morris (Bogotá, 1968) reside en la actualidad asilado en Vitoria, después de que el cerco de los paramilitares se le hiciera irrespirable por su trabajo como editor de Paz y Derechos Humanos en El Espectador, el segundo periódico de Colombia. Morris, quien antes había trabajado como corresponsal de guerra en los distintos conflictos de América, reivindica la solución política como la única posible para llegar a la paz en Colombia.Pregunta. ¿Cómo está llevando este exilio forzoso?
Respuesta. No me gusta utilizar el término exiliado, porque requiere una figura jurídica que yo no tengo. Salí del país por cuestiones de seguridad, después de recibir amenazas por parte de los grupos paramilitares a través de una compañera a la que secuestraron y violaron y le anunciaron que a quien querían era a mí.
P. ¿Pór qué este acoso de los paramilitares?
R. Hasta hace unos años, los periodistas que cubrían el conflicto acudían con infraestructura del Ministerio de Defensa, que era una parte de ese conflicto. Había una connivencia de los periodistas con el Ejército. Entonces, hubo una parte de periodistas que nos dimos cuenta de que no se estaba relatando desde las víctimas, sino desde uno de los actores de esa contienda. Obviamente, este paso hacia un periodismo de derechos humanos no gustó a los paramilitares y a parte del Ejército colombiano.
P. ¿Y la guerrilla?
R. Las FARC no han llegado, todavía, a situar a los periodistas como un objetivo militar.
P. ¿Ha llegado Colombia a la guerra civil?
R. Nos cuesta hablar con esas palabras. Es verdad que en las ciudades, la gente no se está dando plomo en las esquinas, pero en las regiones sí se puede hablar de una guerra civil, porque nadie puede permanecer neutral.
P. ¿Cómo ve, después de un mes, lo que ocurre en el País Vasco?
R. Hasta ahora trato de comprender el conflicto vasco. Hay una violencia contra la población civil desarmada que yo considero terrorista. Si en Colombia las FARC atacan una base militar, creo que no es terrorismo; es un acto de guerra. Pero el tiro por la espalda a una persona opositora a lo que yo pienso, eso es terrorismo.
P. ¿Y los medios de comunicación?
R. He visto lecturas diferentes de la realidad entre TVE y ETB y eso me parece muy sano. Y luego está el fenómeno creciente, como ocurre en Colombia, en que los medios de comunicación se convierten en instrumentos del conflicto al tomar partido.
P. ¿Y en todo ello, cuál es el lugar de la cocaína?
R. La coca financia a todas las guerras. No se puede caer en el error de hablar de una narcoguerrilla, pero sí que las FARC cobran impuestos a los narcotraficantes que utilizan sus territorios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de noviembre de 2000