Francesco Bertolotti, el futbolista del Módena agredido el pasado domingo por Massimiliano Ferrigno, del Como, permanecía anoche en estado de coma. El neurocirujano que le operó en la madrugada del lunes, Christian Martini, declaró ayer que sigue confiando en que salve la vida. Más negativas se han vuelto, sin embargo, las perspectivas sobre su futuro: se teme no sólo que no pueda volver a su actividad deportiva, sino que el doble hematoma cerebral que le causó el golpe recibido en la cabeza al caer al suelo tras el puñetazo de su agresor pueda dejarle secuelas permanentes.A la espera de que el juez que instruye el caso penal tome declaración a su cliente, el abogado de Ferrigno, Raffaele della Valle, insinuó en una entrevista radiofónica que el capitán del Como no golpeó a Bertolotti de manera fría e inesperada. Según Della Valle, antes de producirse la agresión, hubo un intercambio verbal y ambos jugadores se enzarzaron en una pelea, como lo demuestra, dice, que Ferrigno tiene un labio tumefacto.
En realidad, sólo existen dos testigos de lo ocurrido en los vestuarios del estadio Sinigaglia: un periodista y la esposa del encargado del almacén del Como, Carla Peduzzi, que ha facilitado dos versiones distintas. A la policía sólo le dijo que Ferrigno dio un puñetazo en frío a Bertolotti y que después se dio media vuelta y se marchó. Sin embargo, a un diario local le aseguró que, luego de golpearla, también dio una patada a su víctima. La justicia intenta aclarar este extremo, de suma importancia para determinar el grado de alevosía en la conducta de Ferrigno, que se arriesga a una pena de dos años de cárcel y a su expulsión de por vida de los campos de fútbol.
La esposa de Bertolotti, Elisabetta, ha dicho que se siente capaz de perdonar al agresor de su marido por el puñetazo que le dio, pero considera inaceptable que lo abandonara inconsciente. El lapso de tiempo que estuvo sin riego cerebral es el principal motivo de inquietud para los médicos que le atienden.
Se da la circunstancia de que Bertolotti y Ferrigno fueron compañeros de equipo durante seis meses en la temporada 1996-97, cuando ambos defendían los colores del Brecello, un equipo menor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de noviembre de 2000