No cabe duda, nuestro PP siente una muy declarada debilidad por los huevos. Que no cunda el pánico, no es que los tenga débiles, es que, con excesiva frecuencia, o bien los tiene en la boca o se permite hacer uso de ellos. Comenzó el anterior presidente del Congreso, el señor Trillo, con su ya famoso "manda huevos". Siguió Martín Villa enviando a Mayor Oreja una cesta con huevos. Y el ministro de Agricultura nos descubre que Aznar es por huevos como quiere llevar a cabo sus proyectos. Pero no los censuremos. Nuestra derecha es machista per se. Y, ya se sabe, el macho ibérico resulta siempre un tanto huevón.- José Caballero Guillén.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de noviembre de 2000