Dos soldados israelíes murieron ayer en Gaza en plena ofensiva de la guerrilla palestina, mientras el presidente Yasir Arafat trata de abrir una vía de diálogo con el primer ministro Ehud Barak. El Ejercito israelí se halla en estado de máxima alerta a la espera de la orden de atacar, que le puede ser impartida en cualquier momento desde el Gabinete de Seguridad reunido anoche en Jerusalén.El primero en morir fue el teniente Edward Mechnik, de 21 años, cuando se encontraba en el interior de la Oficina de Coordinación de Neve Dekalim, en la franja de Gaza, que fue atacada por morteros palestinos. El atentado fue acogido con ira por el Gobierno de Israel que ordenó el cierre inmediato de las otras nueve oficinas situadas en los territorios autónomos, lo que supone la ruptura de los últimos puentes oficiales entre la Administración de Arafat y la de Barak.
Horas más tarde murió el segundo soldado israelí, el sargento Samer Husein, de 19 años, al ser atacado por los palestinos el puesto fronterizo de Erez, entre Israel y la franja de Gaza.
Por otra parte, el líder del movimiento integrista Hamás en Nablús, Ibrahim Bani Odeh, también perdió la vida ayer, al parecer como consecuencia de la explosión de una bomba que transportaba en el interior de su coche. No se descarta sin embargo que el artefacto fuera activado desde un helicóptero israelí que se encontraba cerca, repitiendo así la operación que acabó con la vida de un dirigente de Tanzim, hace dos semanas en Belén.
Esta nueva oleada de muertes podría hacer fracasar los esfuerzos de diálogo de Arafat, quien en las últimas horas no ha dejado de enviar mensajes en este sentido a sus enemigos, a través de Estados Unidos y de Turquía. Estos intentos son la respuesta palestina a las palabras de la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, que el miércoles invitó públicamente a las dos partes a volver a la mesa de negociaciones y habló de un plan para pacificar la región.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de noviembre de 2000