Dormir para recordar
El sueño es imprescindible para consolidar los recuerdos, un proceso por el cual la experiencia y el entrenamiento se transforman en mejoras en la actuación personal a través de la memoria y el aprendizaje. Esta hipótesis se ha visto confirmada por varios experimentos cuyos resultados se han presentado recientemente, algunos realizados a nivel celular y otros con sujetos humanos. En estos últimos los experimentos indican que es necesario dormir en las 30 horas siguientes a una experiencia para consolidar el aprendizaje. Además, tanto en los experimentos con neuronas como con sujetos humanos, las dos fases del sueño existentes parecen resultar imprescindibles para obtener el máximo provecho de lo aprendido durante el día.