En 1988, el grupo Thomson negoció con Taiwan la venta de seis fragatas por 16.000 millones de francos. Dadas las relaciones entre París y Pekín, la operación sólo podía llevarse a cabo con el visto bueno de François Mitterrand y su ministro de Exteriores, Roland Dumas. Para conseguir modificar la opinión de Mitterrand y Dumas, así como para ganarse el silencio de Pekín, Thomson pagó comisiones a diversos personajes.Hasta aquí nada nuevo, pero, según el diario Libération, la muerte del jefe del material bélico de la Marina de Taiwan, el coronel Yin Chin-Feng, asesinado en diciembre de 1993, guarda relación con la actitud de Thomson y ELF, sociedad que intervino en el caso como financiera en la sombra.
Chin-Feng parece que había informado en contra de la compra de las fragatas tras visitar los astilleros de Lorient. Su asistente, el capitán Kuo Li-Heng, fue encarcelado como máximo sospechoso, porque había recibido dinero del hoy fugado Andrew Yang, intermediario bien conectado con Taipei y Pekín. Wang desapareció, junto con otro personaje ligado a los negocios de Thomson, el mismo día en que parece fue asesinado Chin-Feng. Todas esas coincidencias permiten pensar que la dirección de Thomson o la de ELF debiera saber algo sobre el crimen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de noviembre de 2000