Un cuarto de siglo de democracia no parece haber sido suficiente para desalojar de nuestra vida cotidiana actitudes y símbolos más propios de un triste pasado que creíamos superado. Eliminada el águila de la bandera, olvidada hace tiempo la infame letrilla que acompañaba a la marcha real, aún subsisten emblemas que son pura apología del infausto y ominoso régimen franquista. Así, el poema de Pemán que sirve de letra al Himno del Ejército del Aire y que el pasado jueves trajo del colegio mi hija de ocho años con la obligación de aprendérselo de memoria para cantarlo en un acto académico ¡por el día de la Constitución!El poema es un ejemplo de todos los valores que supuestamente había venido a abolir la Carta Magna del 78. En sus seis estrofas encontramos auroras, hazañas, soles radiantes, alas gloriosas,... e imágenes que nos recuerdan mucho a las "guardias hechas bajo los luceros", los "nuevos himnos de fe" y las "glorias a la patria sobre el azul del mar". Apropiadísimo todo para una niña de ocho años, que comprenderá enseguida que "el aire, en la guerra, / comienza a ser paz". Espero que esta denuncia sirva para algo, y la exaltación constitucional marcha por vías consonantes con nuestro tiempo.
Por cierto, el centro en el que estudia mi hija es el Vara de Rey (Tablada), que, pese a su pasado, es hoy día un colegio público.- Pablo J. Vayón Ramírez. Sevilla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de diciembre de 2000