La elección de las ejecutivas provinciales de los socialistas de Guipúzcoa y Álava rsultó ayer más sorprendente de lo previsto y los dos secretarios provinciales electos se encontraron con una contestación superior a la esperada. En ambos territorios se presentaron en el último momento listas alternativas a las candidaturas oficiales a la dirección. El reelegido secretario general de Guipúzcoa, Manuel Huertas, recibió el apoyo del 70% de los delegados mientras su oponente, la alcaldesa de Lasarte, Ana Urchueguía, conseguía el 27% de los apoayos y el 3% restante eran votos en blanco.En el caso alavés, el senador Javier Rojo resultó nuevo elegido nuevo secretario general, en sustitución de Fernando Buesa, asesinado por ETA el pasado mes de febrero, con el apoyo del 67% de los delegados. Enfrente tuvo a la candidatura de Carmen Asiain, hasta ayer secretaria de Organización y, por tanto compañera de Rojo en la ejecutiva alavesa, donde éste era el número dos. Asiain concitó el voto del 18% de los delegados, mientras otro 15% dejaba sus papeletas en blanco. Las ejecutivas elegidas tendrán como presidentes a Jesús Eguiguren en Guipúzcoa y a Mario Onaindía en Álava.
Pese al delicado momento que atraviesa el PSE, necesitado de buscar un papel de centralidad en la política vasca, las candidaturas alternativas presentadas reflejaron que en este partido las cuestiones personales y de procedimiento se imponen a las consideraciones políticas. Los críticos de ambos territorios admitieron que, por encima de diferencias doctrinales, lo que les había impulsado a presentar su candidatura eran cuestiones más formales.
Urchueguía apuntó que quería "dar un toque de atención" sobre los modos y formas que han llevado a "la exclusión de la ejecutiva de gente muy capaz" y se mostró favorable a una "renovación" mayor que la propuganda por Huertas. Asiain defendió una alternativa identificada con los postulados que en el congreso federal defendió Iniciativa para el Cambio, el grupo de Manuel Escudero.
Secretario y senador
Huertas y Rojo critican la disputa entre los gobiernos central y vasco
Asiain defendió las listas abiertas en todos los procesos internos, el sistema de primarias para elegir a los secretarios generales en todos los niveles territoriales y la limitación en la permanencia en los cargos. También cuestionó la compatibilización por Rojo de la secretaría general con su cargo de senador que le retiene varios días por semana en Madrid. Criticada por presentar unas propuestas que no impulsó durante sus seis años como responsable de Organización, obtuvo el respaldo del 18% de los delegados, (21% de los votos a candidaturas) mientras otro 15% de ellos votaba en blanco.Rojo, defensor de los acuerdos con el PP en las instituciones alavesas, abogó, sin embargo, por un PSE-EE que concurra a las próximas elecciones autónomicas "sin otras ataduras ni compromisos que la propia coherencia política".
Criticó tanto al PNV como al Partido Popular y dirigió su más dura invectiva contra el Gobierno de José María Aznar, al que acusó de estar librando con el Ejecutivo vasco "una disputa partidista en la que el oportunismo electoral prima sobre la lucha contra ETA".
Huertas señaló que "de manera urgente debe iniciarse el diálogo entre los partidos democráticos y los gobiernos central y vasco", para "restablecer la unidad democrática y fortalecer la resistencia frente a ETA".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de diciembre de 2000