Ni los jugadores ni los capitanes del equipo español de la Copa Davis quisieron ayer tocar la Ensaladera que corona el gran trofeo de la Copa Davis. Todos posaron ayer junto a la copa en la que figuran los nombres de los campeones, pero ninguno se acercó hasta el punto de tocar la parte alta del trofeo. "Ya la tocaremos cuando la hayamos ganado", dijeron casi al unísono. Existe la leyenda de que quienes tocan la Ensaladera antes de ganarla no la poseerán nunca. El gran trofeo, valorado en unos 60 millones de pesetas, permanece durante un año en el país que lo gana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de diciembre de 2000