El pasado 19 de noviembre, mi familia y yo tuvimos un accidente de tráfico en la carretera de A Coruña, a la altura del kilómetro 24. Por desgracia, mi hermana Churra murió horas después, y se nos ha roto el alma.Queremos agradecer con todo el corazón la ayuda desinteresada de las personas que nos auxiliaron en el lugar del accidente, el cariño que nos mostraron y su apoyo; a la comandancia de la Guardia Civil de Villalba, por su trato humano; al guardia civil de paisano que organizó en los primeros instantes toda la ayuda; a los médicos que en ese momento circulaban por allí y que lograron reanimar a nuestra Churra; a los bomberos, miembros de la Cruz Roja, al Sercam y a Protección Civil, por su ternura y su buen hacer. También gracias al sacerdote que intentó consolarnos, aunque en esos momentos estábamos en rebelión contra Dios.
Queremos también hacer llegar nuestras gracias al equipo médico y sanitario de la clínica Puerta de Hierro, donde atendieron de sus heridas a nuestra madre y a nuestra hermana María José, y al médico y personal de la UCI de politraumatismos del hospital Doce de Octubre, donde hicieron más allá de lo humano para poder salvar a nuestra niña.
En lo humano estaba todo preparado para que nuestra Churra se salvara. No ha podido ser, pero gracias, muchas gracias a todos por vuestra ayuda. En recuerdo de nuestra hermana e hija, no os olvidaremos nunca.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de diciembre de 2000