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CARTAS AL DIRECTOR

Billetes

El pasado sábado 2 de diciembre, como tantos otros sábados, mi hijo de 10 años jugaba su torneo de fútbol-sala, en esta ocasión contra el equipo del colegio Marista de Chamberí. Hasta allí nos trasladamos todos los padres con nuestros respectivos hijos. Mientras ellos entrenaban, las madres y padres decidimos tomar un café. Entramos en la cafetería más próxima. Llega la hora de pagar y entrego a la camarera dos billetes de 2.000 pesetas. Me devuelve uno porque "está sucio" y no puede "aceptarlo", y me dice que es el único billete que le he entregado. Respondo que no, que le he dado dos billetes; ella lo niega. Le pido que lo compruebe; sigue negándolo. Le digo que si me está llamando tonta o mentirosa y, subiendo el tono, responde que si yo la estoy llamando a ella ladrona.No voy a extenderme narrando el resto de la discusión, pero, si como quiere la UE, España se convierte en un país de servicios, me pregunto: ¿estamos preparados? No quiero poner en duda el buen hacer de tantos magníficos profesionales del sector de la hostelería, pero sí denunciar la ineptitud y falta de profesionalidad de alguno de ellos (como esta camarera a la que me estoy refiriendo). Todos sabemos que es una práctica habitual entre determinados empresarios contratar a jóvenes inexpertos para pagarles sueldos más bajos, pero yo les rogaría que al menos les den unas lecciones básicas de trato al cliente, para evitar que a alguno de nosotros se nos atragante el café.- Tina Moro.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de diciembre de 2000