Averroes y Maimónides
El camino del destierro que siguieron Al-Mutamid, el rey poeta de Sevilla que en el año 1091 fue derrotado por los almorávides, y Boabdil, el último rey de Granada, ha sido reconstruido por el periodista Antonio Ramos Espejo (Alhama de Granada, 1943) en el libro Más lloraron los reyes andaluces, que publica el Centro Andaluz del Libro. El periodista, que ha recorrido los escenarios del exilio de estos dos reyes andaluces que atravesaron el Estrecho de Gibraltar en sentido inverso al de las pateras con norteafricanos que llegan a las costas andaluzas, ha escrito, según sus palabras, un "reportaje, una crónica periodística de recreación histórica, que sigue una cronología hasta el siglo XX". Ramos Espejo realizó los reportajes del exilio de Al-Mutamid y Boabdil en 1978 para las publicaciones Ideal y Triunfo rememorando el viaje que Blas Infante hizo en 1924 cuando encontró a los descendientes de ambos monarcas en Agmat y Tetuán. Recorrió la ruta que siguió Al-Mutamid desde Sevilla hasta Agmat, donde sufrió prisión y escribió sus mejores poemas. "Seguí el itinerario por una fotografía que me había proporcionado la familia de Infante", relata. "En Agmat encontró la tumba y los que la custodiaban se consideraban sus descendientes".
La esposa de Al-Mutamid, la célebre Rumaykiyya, murió en la pobreza. Boabdil inició su destierro en las Alpujarras, adonde ya habían acudido su mujer, Moraima, y su madre, Aixa, en unos dominios pactados con los Reyes Católicos. Allí muere su mujer, que es enterrada en el Valle de Lecrín. Boabdil, traicionado por los suyos y por los propios Reyes Católicos, pacta con éstos su exilio africano. "Es bien recibido por Muley Hamet, sultán de Fez. Según una leyenda, murió dirigiendo una de las tres falanges del ejército del rey de Fez en lucha contra el de Marruecos, en el campo de batalla. Otros lo sitúan viviendo con sus hijos y enterrado en el cementerio de la ciudad. Allí localicé a descendientes suyos, y en Granada", cuenta el periodista, que ha incluido también el exilio de los dos sabios más célebres que ha dado Al-Ándalus: Averroes y Maimónides, víctima el primero de la intransigencia de los alfaquíes almohades por sus escritos, el segundo también perseguido por los almohades por su condición de judío. Averroes, que vivió sus últimos años en Marraquech, regresó a Córdoba, pero ya muerto, a lomos de una acémila, con sus libros en el lado opuesto para servir de contrapeso. Maimónides acabó en Egipto. Ramos Espejo ha incluido también la tragedia de los miles de inmigrantes que quieren cruzar el Estrecho para llegar a Andalucía. "He querido unir la Historia con la actualidad, porque no sólo forman parte de nuestra historia, sino de un mismo fenómeno migratorio", precisa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de diciembre de 2000