El ex-presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic, que perdió las elecciones y luego dejó el poder tras una revuelta popular, asegura que duerme bien y tiene la conciencia tranquila.En una entrevista televisada de dos horas, emitida por la cadena privada Palma anoche en Belgrado, Milosevic aprovechó la ocasión para acusar al Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPI) de formar parte de un sistema para cometer genocidio contra el pueblo serbio, por que éste "osó defender a su país y sus intereses nacionales". Al mismo tiempo, Milosevic, acusado de crímenes de guerra por el TPI, afirmó que no teme nada de los tribunales de justicia de Serbia.
Milosevic calificó de "patriota" al tenebroso Arkan, jefe paramilitar serbio, asesinado el pasado 15 de enero en un hotel de Belgrado. Sugirió Milosevic que el asesinato de Arkan forma parte de una conspiración contra Serbia, "porque ellos sabían que era un patriota".
Milosevic aprovechó la ocasión para arremeter contra los que atacaron a su hijo Marko, un conocido playboy que huyó a Moscú e intentó refugiarse en Pekín tras la caída de su padre. Según Milosevic, su hijo no hizo nada malo y los que le acusan se encuentran "por debajo de toda dignidad humana". Añadió Milosevic: "Si ellos creen en Dios de verdad, tal como dicen, deberían temerlo".
La aparición de Milosevic en la televisión, en la primera entrevista tras su desalojo del poder, se inscribe dentro de la campaña electoral para el parlamento de Serbia. El Partido Socialista de Serbia (SPS) de Milosevic tiene pocas posibilidades de éxito en las elecciones legislativas del próximo 23 de diciembre. En su congreso del pasado 25 de noviembre el SPS reeligió a Milosevic como su presidente. El déspota de Belgrado calificó de "traidores" a los correligionarios opuestos a su liderazgo que le criticaron.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de diciembre de 2000