La queja de Francisco Fernández es que los empresarios jóvenes como él no cuentan con el suficiente apoyo de las administraciones. "Ni por joven empresario ni por nada he conseguido una subvención para montar los negocios que ahora tengo". Primero puso en marcha una comunidad de bienes por consejo de un gestor que le supuso el desembolso inicial de 800.000 pesetas, cantidad alta para un joven que quiere empezar a montar un proyecto. Ahora ya se ha constituido en sociedad limitada.La Cámara de Comercio de Linares, relata, abrió una línea de ayudas hace unos pocos meses que él solicitó pero de las que no ha salido beneficiado. "No he obtenido nada ni por arreglo de local, ni por la compra de ordenadores, que yo también tengo que adquirir, ni por la instalación de programas".
Si no hay ayudas para todos, sentencia, que no haya para nadie. "Si yo no vendo nada tengo que cerrar, pero si Santana no va bien, la Junta sí puede darle ayudas. Pues entonces no quiero que haya para ninguno".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de diciembre de 2000