Dos consejeros generales en la asamblea de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Víctor Fuentes, en representación de la Generalitat, y Alfred Botella, por Esquerra Unida, interpelaron ayer al director general de la entidad, Juan Antonio Gisbert, por la hipotética fusión con Bancaixa. El dirigente de la CAM evitó una respuesta diáfana y recurrió a los estatutos de la entidad para explicar que es precisamente la asamblea general de la entidad el órgano soberano para abordar la cuestión.
Si la fusión no se aborda en la asamblea es que no hay fusión. La reiteración de la respuesta -Gisbert ha contestado con ese argumento en las últimas asambleas- contenía en esta ocasión un matiz importante: definitivamente la CAM se aleja de la pretensión del Consell de que las dos grandes cajas valencianas se fusionen a medio plazo. El último consejo de administración de la caja alicantina ya se pronunció implícitamente en contra de la alianza, tras aprobar una serie de puntos estratégicos para los próximos cuatro años que refuerzan su estrategia propia. También de forma tácita, Gisbert dejó claro en la asamblea de ayer que no habrá fusión.La asamblea general ordinaria de la CAM aprobó ayer los objetivos estratégicos para el año 2001, en los que se apuesta por mantener su especialización en el negocio de banca minorista e intensificar acciones para aumentar la cuota de mercado en otros campos con mayor potencial de crecimiento. La asamblea dio luz verde a las líneas de actuación propuestas en el último consejo de administración que persiguen "un incremento permanente del valor de la entidad" que le permita preservar su liderazgo" y mantener su posición "socialmente relevante en la resolución de los problemas de futuro".
Por la tarde, el consejo de administración abordó la continuidad de la CAM en la Red 6000 tras pactar con 4B.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de diciembre de 2000