La milicia de los talibán, en el poder en Afganistán, anunció ayer que cerrará la oficina de la misión especial de la ONU en respuesta a las nuevas sanciones y el embargo militar impuestos a su régimen por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a iniciativa de Estados Unidos y Rusia. El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, se declaró contrario a estas nuevas sanciones, ya que en su opinión "no van a facilitar las negociaciones de paz ni tampoco el trabajo humanitario".Las nuevas sanciones pretenden hacer que los talibán entreguen a Osama Bin Laden, al que Washington acusa de estar detrás de numerosos atentados terroristas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de diciembre de 2000