El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Alicante tomó ayer declaración a dos vecinas de Estela Bonilla, la mujer de 24 años que falleció desangrada el pasado mes de agosto, tras sufrir un accidente doméstico en Alicante. Las testigos afirmaron que el 091 se personó un minuto y medio después de que ellas alertaran del suceso, y fueron los agentes quienes solicitaron "con urgencia" al Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) la presencia de una ambulancia. Sin embargo, ésta "tardó muchísimo en llegar", matizaron las mujeres. Las testigos no precisaron el tiempo que transcurrió desde que se efectuó la primera llamada hasta la llegada del vehículo.Estas declaraciones contradicen la versión del CICU, según las mismas fuentes, ya que Sanidad sostiene que sí recibió una llamada, pero "no daba ningún tipo de urgencia al asunto". En cualquier caso, "esto también es bastante grave", apreciaron fuentes de la investigación, porque "la obligación del CICU es averiguar la categoría del accidente". La acusación particular ha solicitado las grabaciones de las llamadas del centro para comprobar si Sanidad cumplió el protocolo de actuación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de diciembre de 2000