Al menos 21 personas han muerto hasta ahora en la operación policial desarrollada desde el pasado martes en 20 cárceles turcas, que ayer había concluido con la única excepción de la prisión de Umraniye, en Estambul, donde medio millar de presos seguía ofreciendo anoche resistencia, según informó el ministro turco de Justicia, Hikmet Sami Turk. Dos de las víctimas eran miembros de las fuerzas de seguridad que intervinieron en la operación.Turk confirmó que "al menos la mitad de los prisioneros muertos se inmoló a lo bonzo". Los reclusos comenzaron una huelga de hambre hace dos meses en protesta por los planes del Gobierno para trasladar a los presos izquierdistas políticos a cárceles de nueva planta, basadas en un sistema de celdas con pocos internos. Este tipo de centros penitenciarios, según los reclusos, aumentaría su aislamiento, limitaría aún más su libertad y permitiría arbitrariedades por parte de sus guardianes.
Turk anunció que, tras la operación, 524 presos fueron trasladados a las nuevas prisiones y añadió que los abogados podrán ver a sus clientes a partir de hoy. Ayer, 15 presos resultaron heridos en las operaciones que pusieron fin a los disturbios en la prisión de Canakkale.
Por otro lado, el presidente turco, Ahmet Necdet Sezer, aprobó ayer la ley de amnistía parcial que había vetado la pasada semana, después de que el Parlamento la ratificara sin modificarla. El indulto general beneficiará a unos 35.000 reclusos, la mitad de la población penitenciaria turca, y servirá para aliviar el hacinamiento en las cárceles turcas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de diciembre de 2000