Vladímir Gusinsky, propietario de Media-Most, espera en una cárcel de Madrid que un juzgado español decida sobre la posible extradición a Rusia. (...) No le corresponde a España determinar la culpabilidad o inocencia de los cargos a los que se enfrenta Gusinsky. Sin embargo, sí está obligada a considerar si el sistema legal ruso puede asegurar a Gusinsky un juicio limpio y proteger sus derechos civiles básicos.La justicia española debería preguntar, por ejemplo, sobre el lamentable récord de procesamientos motivados por cuestiones políticas. Debería considerar los recientes informes sobre que una tercera parte de los investigadores que trabajan en casos importantes para la Fiscalía General han dimitido este año. Diputados de la Duma (...) han expresado sus graves preocupaciones sobre los juicios por cuestiones políticas. (...)
Para determinar la extensión de hasta qué punto la oficina del fiscal está politizada, la justicia española debería estudiar el caso de corrupción del empleado del Kremlin Pavel Borodin, que fue inexplicablemente cerrado el pasado 13 de diciembre. (...)
La justicia española debería considerar si los jueces rusos están lo suficientemente aislados y son independientes para resistir las presiones sobre sus veredictos. (...)
Hay muchas razones para dudar de que haya justicia en el caso de Gusinsky. El sistema judicial ruso es simplemente incapaz de ofrecerle la protección legal básica que cualquier norma decente demanda. La justicia en Rusia es un juego cruel. Occidente simplemente no debería prestarse.
Moscú, 22 de diciembre
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de diciembre de 2000