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CARTAS AL DIRECTOR

De un libertario a un asesino

No perviertas más el sentido de la sagrada palabra revolución, asesino etarra, porque la historia ya se te ha adelantado con tu admirado Stalin al frente. No construyas otro Estado totalitario, cimentado además con sangre y sufrimiento, porque para minimizar la libertad del ser humano ya hay demasiadas barreras. Abandona las armas, porque la organización militar ya ha hecho, y sigue haciendo, demasiado daño. Respeta la vida y encontrarás formas de lucha adecuadas y quizá motivaciones más nobles para ti y "tu pueblo". Entiende que la autodeterminación pertenece a las personas, y no a conceptos abstractos como "la patria", responsable -cualquiera de sus formas- de tanta sangre derramada que miedo da sólo nombrarla. Sitúate enfrente de aquellos a los que llamas enemigos por mucho que te repugne su condición, o pensamiento, o uniforme, y quizá descubras que el fanatismo es un barniz fácilmente diluible. No te sitúes a la vanguardia de nadie, porque es otra forma de robar la libertad a "tu pueblo". No entiendo ni tus medios ni tu fin, asesino etarra.- .

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de diciembre de 2000