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Atonía en el mercado invernal

Más que reforzarse, la mayoría de los clubes españoles ajustan sus plantillas en enero

A la espera del Barcelona, que negocia el fichaje de un defensa, la mayoría de clubes de la Liga española se ha desentendido del mercado de invierno, que ofrece la posibilidad de fichar o traspasar jugadores hasta el próximo 30 de enero. El movimiento ha sido mínimo, poco relevante, en la línea de la temporada pasada. Esnaider (Zaragoza), Mazzoni (Racing), Fabio Aurelio (Valencia), Berrizo (Celta), Paunovic (Oviedo), Demetradze (Real Sociedad), Gancedo -procedente del River Plate-y Llorens (Osasuna) y Nishizawa (Espanyol) son los futbolistas incorporados hasta el momento, aunque tampoco se esperan grandes novedades, inferiores seguramente al retorno de Denilson al Real Betis.El principal foco de interés está en el Camp Nou, donde aguardan a un central, que bien puede ser el brasileño Cris, de 23 años, internacional olímpico, procedente del Cruzeiro, aunque también jugó en el Corintians, y por el que el Barça ofrece 900 millones frente a los 1.200 que solicita su club. La entidad azulgrana acostumbra a ser un cliente fijo del mercado invernal, al que recurre por norma para paliar sus eternos problemas defensivos, pues ya ocurrió con la contratación de Bogarde y sobre todo de los gemelos de Boer, que costaron 3.000 millones de pesetas hace dos temporadas (Ronald de Boer incluso ya ha sido traspasado).

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Más que grandes fichajes, la tónica general apunta hacia contrataciones menores manejadas por clubes en situación desesperada. La Real Sociedad, por ejemplo, compró el año pasado a Kokhlov y Jankauskas, mientras que en el presente ejercicio está sobre todo pendiente de encontrar entrenador después de adquirir a Demetradze. No hay noticias del Madrid, que sólo negoció y compitió en 1997 para comprar a Karembeu y Savio. Tampoco del Deportivo. Ni del Valencia, pues la adquisición de Fabio Aurelio ya estaba anunciada. La oferta supera a la demanda, de manera que hay clubes que también piensan en vender o aligerar la plantilla, como es el caso del Barça, que no cuenta con Okunowo, Litmanen o Zenden. Las despedidas (puede recordarse las de Seedord, José Mari o Chamot) adquieren últimamente tanta notoriedad como las llegadas. Frank de Boer, Julio Salinas, Solari, Filipescu, Jordi Cruyff, Eto'o y Ojneenovic (1999) y Ayala y Jankauskas (2000) expresan el tono del mercado en los últimos años y su tendencia a la recesión. La compra-venta y lo exótico (Shoji-Jo o Nishizawa) ha tenido a veces más peso que los refuerzos, por no hablar de los futbolistas capaces de cambiar la dinámica de juego. La pugna Barça-Madrid por Karembeu, decantada en enero, suena a lejana.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de diciembre de 2000