Unos días antes de que se terminara el año 2000, el Inter de Milán le concedió al uruguayo Álvaro Recoba el mejor acuerdo económico que un futbolista profesional haya alcanzado nunca, un contrato de cinco años a 8 millones de dólares netos por temporada. Es decir, a unos 1.440 millones de pesetas por curso, 350 más de lo que percibe Rivaldo en el Barcelona, 450 más de lo que cobra Raúl en el Madrid. Unas fechas después Recoba ya sabe que tendrá que destinar parte de esa suma, unos tres millones de pesetas, al pago de una multa. La que le ha impuesto el club por su enfado tras ser sustuido ante el Atalanta y su reacción de abandonar por su cuenta el estadio, sin esperar a sus compañeros.
Tras convertirse en el jugador mejor pagado del mundo, el chino salió a jugar cuatro días después al campo del Atalanta el último partido de 2000 con la adrenalina altísima. Tras un primer tiempo envuelto en la mediocridad, el entrenador del Inter, Marco Tardelli, decidió pasar por encima del sueldo de Recoba y sustituirle por Seedorf, quien a la postre marcaría el gol de la victoria.
Pero el cambio no le hizo ninguna gracia al jugador uruguayo, que abandonó a toda prisa el estadio sin esperar a sus compañeros en los vestuarios. Algunos periodistas alcanzaron a Recoba, que se limitó a señalar: 'No hay jugador al que le guste que lo cambien'.
La reacción del club llegó en la voz de Jacinto Fachetti, uno de los gerentes: 'El de Álvaro fue un gesto desconsiderado para con el club y para con sus compañeros'.
A su llegada al Uruguay, donde pasó las fiestas navideñas, Recoba se justificó: 'La mía no quiso ser una actitud polémica; me fui antes porque si no corría el riesgo de perder el avión'. Pero no le sirvió de mucho. Al término del primer entrenamiento del nuevo año, en conferencia de prensa, su entrenador expuso su posición: 'El de Recoba fue un gesto gravísimo. Personalmente he propuesto una multa muy alta para el jugador, pero que sea en base a los reglamentos internos del equipo; serán sus compañeros quienes estableceràn el monto, porque fueron principalmente ellos los que recibieron el agravio'.
La cuestión se ha zanjado en 15.000 dólares de multa (casi tres millones de pesetas). Álvaro Recoba firmó el contrato más alto jamás conocido en el fútbol. Unos días le han bastado para encontrar una forma muy particular de empezar a gastarlo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de enero de 2001