Estos días se difunde la noticia de que a los pensionistas nos van a dar una 'paga extraordinaria', y con ello se está confundiendo a la opinión pública, pues lo que se nos va a compensar -no a dar- es la diferencia del IPC previsto para el año 2000 y el resultante final (un 2,1% sobre la pensión de cada cual). Una miserable limosna.
Lo que tiene que hacer el Gobierno, y su engreído y nefasto ministro de Economía, es cumplir el artículo 50 de la Constitución y garantizar, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica de la tercera edad, de los que somos viejos y la pensión no nos llega para comer. Un Gobierno que se llena la boca de Constitución cuando le interesa y luego no la cumple. Y un ministro que sólo saca pecho cuando las cosas van bien. ¿Qué hace ahora, tan callado, cuando la economía de España va hundiéndose poco a poco, de cuyo naufragio, por su ineptitud, es en gran parte es culpable? La política debiera ser dogma de realidades, no ciencia para engañar a la gente. No se debe entrar en Europa y conseguir el déficit cero sometiendo a los funcionarios y clases pasivas del Estado a un vil y canallesco sacrificio.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de enero de 2001