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El número de presos aumentó un 3,5% respecto a diciembre de 1999

Las 80 cárceles españolas albergaban en diciembre 1.567 reclusos más que hace un año, según datos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, lo que implica un aumento de la población reclusa del 3,54%. Casi la mitad de los 45.764 presos ingresó en prisión por delitos contra la propiedad y tres de cada 10, por narcotráfico. La inauguración de tres nuevas cárceles (Córdoba, Algeciras y Segovia) sólo ha rebajado en dos puntos, hasta un 106%, el grado de ocupación de los penales, de los que 11 dependen de la Generalitat de Cataluña. La cifra de reclusos en España es similar a la de Japón, que tiene cuatro veces más población, y más de la mitad reinciden tras cumplir condena, según datos expuestos por la Conferencia Episcopal en un congreso pastoral penitenciario celebrado en septiembre pasado.

La memoria del Ministerio del Interior de 2000 destaca el envejecimiento de la población reclusa desde los años 80. Ahora la media de edad se sitúa en 33 años y los jóvenes constituyen sólo el 2,5% del total. De los datos de esa memoria, referidos a 1999 en este caso, se infiere que aumenta el tratamiento con metadona de los reclusos drogodependientes (más del 40%), pero disminuyen los tratamientos de deshabituación. Así, mientras hubo 2.616 personas más en programas de metadona, los de desintoxicación recibieron 981 internos menos.

En relación a la reinserción social de los reclusos, la memoria destaca que el pasado año se escolarizaron 14.314 penados frente a los 13.000 de 1996. Mucho mayor fue el aumento en ese periodo de los que participaron en talleres productivos: 8.143 frente a los sólo 3.408 de hace cuatro años.

Entre las novedades introducidas durante 2000 destaca el control de internos en régimen abierto mediante dispositivos electrónicos que ha sido aplicado de forma experimental a 10 reclusos. Asimismo, se ha aumentado hasta 13 (cuatro más) el número de cárceles que disponen de tratamiento de delincuentes sexuales y se ha diseñado uno para condenados por delitos de violencia doméstica.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de enero de 2001