Economista de profesión, Ernesto Mendiola (Sestao, 1936) dedica en su actual tiempo de jubilación sus conocimientos y esfuerzos a trabajar en la junta directiva de Harresiak Apurtuz (Coordinadora de ONG de Euskadi de Apoyo a Inmigrantes). Este organismo ha promovido el primer curso sobre formación en inmigración que se celebra en Euskadi y que se prolongará desde el próximo 9 de enero hasta junio y será impartido por expertos universitarios. Su objetivo fundamental es evitar que la realidad inmigratoria 'coja por sorpresa' y prepare a los distintos colectivos, fundamentalmente personal de las administraciones públicas y otras instituciones, que trabajan con los inmigrantes para dar mejores respuestas a nuevos problemas.
'Las causas de la inmigración van cambiando. Hay mucha gente que no ve esperanza en el futuro y cree que en otro país puede encontrarla. Son personas cualificadas, con estudios, no son los desastrados de la tierra', interviene Alfonso Dubois, profesor de Economía de la Universidad del País Vasco y miembro del comité académico y social del curso, que acompaña a Mendiola durante la entrevista. Éste señala que el inmigrante necesita una cierta capacidad personal y económica para emigrar porque tiene que pagar a las mafias y lo ilustra resaltando que para cubrir un puesto en su organización se ha designado a un inmigrante licenciado en Ciencias Exactas. ¿Que consecuencias sociales, económicas y políticas pueden tener las oleadas sucesivas de inmigrantes? Mendiola responde rápidamente que la actual política restrictiva del Ministerio del Interior 'propicia un fomento del racismo y del enfrentamiento hacia la población inmigrante'.
Mendiola recalca que frecuentemente se habla de los inmigrantes como mercancia o desde un punto de vista policial y que eso es inmoral. 'Esas personas tienen la misma dignidad y los mismos derechos que nosotros', asegura.
Dubois añade: 'El punto de vista central desde la perspectiva de los países receptores es que, a medio y largo plazo, va a haber una pirámide de población viable económicamente que va exigir nuevas estrategias'. Insiste este profesor en que la exportación más importante y el mecanismo más eficaz para redistribuir la renta entre los países lo constituyen las remesas de los inmigrantes a sus lugares de origen.
Mendiola, preocupado sobre todo por el factor humano, asegura que se está satanizando la inmigración y para paliar la situación aboga por que las comunidades autónomas participen en el diseño de las políticas de inmigración por ser las que mejor conocen las necesidades sociales y laborales de su entorno. 'Es necesario que el Gobierno vasco tenga una política propia y para ello es fundamental crear la figura del delegado para la inmigración', asevera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de enero de 2001