Los Reyes Magos aceptan peticiones hasta el último minuto porque siempre hay rezagados e incluso aceptan las teléfonicas. Quienes ayer se acercaron a verles en Vitoria se llevaron una sorpresa al comprobar que el móvil que sonaba estaba en el bolsillo de Baltasar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de enero de 2001