Desde que comenzaron las obras de construcción del metrosur, hace unos seis meses, los ciudadanos de Alcorcón venimos padeciendo una serie de problemas que, en mayor o menor medida, están afectando a nuestra vida cotidiana.
Por ejemplo, los conductores tienen que soportar un permanente caos circulatorio, sortear calles cortadas o mal señalizadas y emplear mucho tiempo en aparcar sus vehículos.
Los vecinos de algunos barrios, como el de Ondarreta, sufren numerosos apagones de fluido eléctrico que, casualmente, se producen desde que comenzaron las obras. Por último, el permanente ruido que debemos resistir día a día hace casi insoportable el infierno que está resultando ser la obra del metrosur.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de enero de 2001