'Los caballos eran piel y hueso, se les notaban las costillas y se derrumbaban exhaustos contra la nieve, casi no podían ni tenerse en pie. Hubo que atarles unas cuerdas y tirar de ellos para bajarlos hasta un pinar, a 1.500 metros, donde están protegidos. Se hundían hasta el pecho en la nieve', explicó Luis Serrano, portavoz de los bomberos de la Comunidad. El rescate fue complicado. Los bomberos subieron hasta donde pudieron en todoterrenos por la montaña. Luego se calzaron los esquís de travesía y caminaron 4,5 kilómetros en ascensión hasta los animales.
Los caballos soportaron temperaturas inferiores a los 10 grados bajo cero y fuertes ventiscas. María Pulido, veterinaria de Moralzarzal, les inyectó una dosis de reconstituyentes. Los bomberos regresan hoy para completar el rescate.
Por otro lado, la Concejalía de limpieza del Ayuntamiento de Madrid ha montado un dispositivo especial de 4.000 operarios y 3.500 kilos de sal por si nieva en la capital. Hasta 64 camiones esparcirán la sal por las aceras y las calles de Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de enero de 2001