Después de un comienzo de año azotado por los vientos del Sur y las temperaturas tropicales, en estos dos últimos días ya se viven los rigores clásicos del invierno, aunque sin grandes excesos. Es cierto que ha habido algunos puertos cerrados, pero todavía no han llegado las grandes nevadas que ya se hacían sentir otros años por estas fechas. Como muestra la imagen, la nieve caída en Araia es testimonial y no ha impedido que el vendedor ambulante abra las puertas de su negocio a los vecinos del valle alavés.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de enero de 2001