Un día antes de finalizar el tercer plazo de tres meses con los que la Consejería de Cultura y Patrimonio ha ido favoreciéndola (9 meses en total), Rita Barberá rompió aguas y puso sobre la mesa a su criatura recién parida: un informe del único arquitecto que ha encontrado capaz de afirmar que una trama urbana no es una trama urbana. Si el autor del informe, el señor Escribano, en lugar de ser arquitecto fuese físico hubiera entonces afirmado que la ley de gravedad no es la ley de gravedad; si fuese geómetra hubiera afirmado que el círculo no es el círculo. A Rita Barberá le parece magnífico que haya gente tan capaz.
Pero la Ley de Patrimonio obliga a respetar la trama urbana y en la Escuela de Arquitectura se enseña y se aprende el significado del concepto de trama urbana sin ningún tipo de ambigüedades.
Todo esto lo sabe muy bien la señora alcaldesa de Valencia; por eso le ha llevado nueve meses encontrar un sastrecillo que se aviniese a confeccionarle un traje a la medida de su capricho: un informe que le sirva para aprobar un plan de destrucción del patrimonio desoyendo los informes de sus propios técnicos y de absolutamente todas las voces que se han levantado en contra de la sinrazón.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de enero de 2001