En el café Jamaica de la plaza del Ayuntamiento todavía viven en el siglo pasado, concretamente en los años de la dictadura. El pasado miércoles día 3 de enero fuimos dos compañeros y yo a desayunar. Al pedir a la camarera tres desayunos populares, dos tostadas con aceite y una con mantequilla, nos contesta que no nos entiende y que le hablemos en castellano. Al oír esto ('oli', qué palabra más difícil) le rogamos que venga cualquier compañero suyo que hable valenciano. Su respuesta: 'Aquí nadie habla valenciano, todos son extranjeros'. Curiosamente nos contestaba de acuerdo a nuestras preguntas. Más tarde acudió otro camarero y nos recordó que 'estamos en España'. En el momento de pagar nos dicen que que somos unos maleducados por pedir que nos entiendan en nuestra lengua. Hartos de los insultos que nos lanzan, pedimos el libro de reclamaciones.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de enero de 2001