Cuando no puede seducir, este Barça recurre al pragmatismo. Cuando le falla el virtuosismo, se aferra a la lucha aguerrida y, acaso, al destello de alguna de sus piezas para mantener su etiqueta de intratable. Eso hizo ayer para ratificar su liderato del grupo D, tras merendarse, con amenaza de indigestión, al London Towers (82-76). Y es que los de Aito esperaron al último minuto, y con suspense, para ganar un partido que tuvieron perdido hasta unos segundos antes. A punto estuvieron los ingleses, colistas del grupo, de quebrar la burbuja victoriosa en la que se mueven los azulgrana, tras un tercer cuarto tan nefasto que reanimó a un equipo como el London, que a mediado del segundo era casi cadáver (32-16). Gasol, mientras, fue operado de apendicitis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de enero de 2001