El índice de precios al consumo (IPC) se elevó al 4% en 2000, el doble de lo previsto por el Gobierno, tras una subida del 0,3% en diciembre. La crisis de las vacas locas tuvo su parte de culpa: la carne de pollo subió el 6,7%; el cordero, un 4,8%, y el cerdo, el 3,4%, aunque la de vacuno sólo se redujo el 0,5% el mes pasado. El aumento anual, el peor desde que gobierna el PP, obliga a revisar el salario de 5,8 millones de trabajadores, con un coste de más de 200.000 millones.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de enero de 2001