En el Aeroclub de Córdoba, una entidad privada de carácter recreativo y deportivo, tienen la costumbre 'desde siempre' de oficiar misa los días de precepto. Para ello se desplaza especialmente en taxi un sacerdote desde la vecina Córdoba y habilitan como capilla ya la sala de ping-pong, ya la de dominó o la de televisión. No lo sé. Ni me importa. No soy socio.
Pero, según hemos leído en la prensa, a un socio sí le importó, pidió explicaciones, le fueron negadas, fue expedientado y de todo ello se está encargando 'un juez socio que tenemos aquí', según se ha reflejado en diferentes medios por boca de otro socio. ¿Es esto verdad? ¿Tienen cura y juez propios?
Y en este supuesto y para completar la trilogía del esperpento, ¿tienen cabo de la benemérita propio?
¿No cree el señor juez que el patio de la Justicia está ya lo suficientemente mojado como para andar pisando estos charcos?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de enero de 2001